domingo, noviembre 06, 2005

liii


i

Atardece.
Eso y poco
salvo la plaza, el árbol, los árboles.
Es la tarde, mujer, religiosamente,
y en cada voz se escuchan
otras voces.

Sonreímos.

¿Por qué no enlazamos las manos?

Te pregunto.
Todo sin respuesta.
Seguimos dando de tumbos
como dos muertos que el mar devuelve
al mismo lugar, a la misma orilla,
en tiempos distintos.

Poco importa que todo sea sin respuesta.

El sol en el costado.
Intento no llorar
frente a ti como un niño.
Todo en vano.
Sonríes.

¿Por qué no enlazamos las manos?

Te pregunto.


Guanajuato, Gto, a 19 de Octubre.

2 comentarios:

De Josefa dijo...

Bello.

Naxos dijo...

hola....
Te saludo y te digo que, después de mucho tardarme... está bicéfalo en mis blog-esquizias...
Cómo has estado eh?
:)