miércoles, marzo 22, 2006

lxxvii

Soñé que recibía correspondencia tuya. Me habías mandado, además de una carta en donde me hablabas de un posible viaje, cajas y más cajas (pequeñas, alargada) que contenían diversos artículos. Estaban etiquetadas. En las etiquetas se podía leer: "gomeros" (sic), "lápices", "reproducción a escala de Enritch" (personaje de Rey, dama y valet, de V. Nabokov), "carteras", etcétera. Abrí una caja: había un cómpas, gomas, una pequeña fusta, lapiceros. Había más de diez cajas llenas de agendas. Me preguntaba si habías escrito algo para mí. Encontraba algo escrito en la primera que abría, era un poema: "La sangre que derrama Francisco no es su sangre. A pesar de que lo que él cree" -es lo único que recuerdo ahora-. Estaba en una casa. Afuera, en las calles por las que bajaba agua a modo de un pequeño cauce, la gente bailaba, cantaba zamba. Me alejaba. Caminaba sin llevar ninguna de las cajas conmigo.



Revisado el jueves 26 de julio de 2007
y el 25 de noviembre de 2010