martes, diciembre 13, 2005

lxix

Tendrá amarrados los senos, estará vendada, llevará las manos atadas. La primera serie de fotografías será de su rostro. Orinaré sobre su cabello, sobre su boca. Luego vendrán los objetos en su vagina, en el ano. Luego el puño, el peso del mismo. Quiero humillarla, sólo eso, nada de sexo. Las fotografías serán publicadas en un blog creado con una cuenta alterna. ¿Te gustaría verlas?. Mi padre solía fotografiar a sus amantes. Lo sé porque una de ellas le mandó a mi madre una serie de fotografías que yo descubrí más o menos a los once años. La mujer aparecía desnuda, los mismo de pie sobre la cama que acostada, mirando a la cámara, mostrando el sexo. Eran cuatro, tal vez cinco, en formato pequeño, en blanco y negro, metidas en un sobre de fieltro oscuro. Nunca entendí por qué mi madre las conservaba. Ella sabía, estoy seguro, que yo las frecuentaba de vez en cuando. Solía mirarlas largamente. No recuerdo haberme excitado con ellas hasta algunos años después. Una sensación que no podría describir, porque he olvidado, pero que seguramente se parece a la culpa, me invadía al masturbarme con las fotografías de la mujer con la cual mi padre se acostaba. Pensaba que, probablemente, esa era la mujer por la cual mi padre había dejado a mi madre. Dos años después las mostraba sin pudor a los amigos, contaba la historia (lo poco que sabía hasta ese momento) de la mujer y de mi padre. Luego las perdí sin saber dónde, ni cómo. Aún recuerdo el cuerpo de la mujer, su mirada, su sonrisa, la disposición de su cuerpo. ¿Qué rostros me esperan, qué cuerpos? ¿Qué disposición guardaré para su rostro, para sus miembros gastados? Luego tendré que desatarla, su mirada caerá sobre la mía. Imagino su asco y el mío, algo ha de quedar de todo esto.

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